miércoles, 4 de agosto de 2010

El asesinato de Arbelio Ramirez

> -- Biblioteca Nacional, Sala Varela
> martes 17 de agosto, 18 horas
> Montevideo.
>
> Introducción del libro:
>
> El asesinato de Arbelio Ramírez es un acontecimiento que,
> aún de manera difusa y con versiones variables, se ha
> conservado hasta la actualidad en la memoria de los
> uruguayos como un hito del ascenso de la violencia política
> en el país a comienzos de los años 60. Pero, dado que el
> suceso nunca fue debidamente esclarecido, las recordaciones
> a veces lindan con el absurdo y se vuelven fácilmente
> discutibles por los que discrepan con esas versiones o
> simplemente no las entienden. Este solo hecho era una razón
> para intentar una investigación, siempre que se pudiera
> acceder a fuentes documentales que habían permanecido
> cerradas hasta el presente.
>
> La muerte de Arbelio Ramírez constituyó para la izquierda
> un argumento político muy fuerte en la polémica para
> demostrar que la violencia en el país había sido iniciada
> por la derecha. Esto está documentado en decenas de
> artículos y entrevistas a integrantes de la izquierda
> durante los años posteriores y que se prolongan hasta el
> presente. En medio de la creciente tensión política y la
> vorágine de los acontecimientos, la izquierda estimó que su
> versión y sus conclusiones eran muy claras e investigó con
> escasa profundidad las circunstancias concretas del hecho.
> Pero esta versión tenía lagunas y contradicciones que la
> han hecho cada vez más vulnerable.
>
> Aunque este atentado no hubiera ocurrido, el argumento no
> habría perdido su validez. La violencia a comienzos de los
> años 60 fue desatada por las acciones de aquellos grupos
> llamados 'fascistas' y las víctimas eran una consecuencia
> inevitable de sus acciones. Arbelio no fue la única víctima
> de la política que alentó el desarrollo de este proceso.
> Investigaciones recientes documentan con amplitud y
> precisión el papel de la Agencia Central de Inteligencia de
> Estados Unidos, junto con la Policía y los servicios de
> inteligencia uruguayos, en la creación de esos grupos cuya
> finalidad no era otra que generar temor y retraimiento en
> las crecientes protestas sociales.
>
> La presencia de Ernesto Guevara encabezando la delegación
> cubana a la Conferencia del CIES tuvo los efectos de un
> huracán político. El presidente uruguayo Eduado Víctor
> Haedo lo recibió, mientras el consejero Nardone apelaba a
> los militares y exigía en el gobierno su expulsión. Tras
> los sucesos del jueves 17, en donde mataron a Arbelio
> Ramírez, el Che viajó a Buenos Aires el viernes y su
> encuentro con el presidente Arturo Frondizi dio pie a una
> insubordinación militar que ya se venía gestando.
> Condecorado el sábado en Brasilia por el presidente Janio
> Quadros, éste renunció al cargo seis días después y, para
> que asumiera su vice João Goulart, el pueblo en las calles
> y militares legalistas impidieron que se consumara un
> intento golpista.
>
> Resulta difícil si no ingenuo pensar, en este contexto, que
> los incidentes que rodearon la estancia fugaz del Che en
> Montevideo no formaron parte de una o varias conspiraciones
> para deteriorar aún más el clima político nacional y
> avanzar en la dirección golpista a la que apuntaban Estados
> Unidos y las derechas en los países vecinos. Al observar
> quiénes ocupaban los cargos clave del gobierno, la Policía
> y la Justicia vinculados directamente con los incidentes y
> con la investigación de la muerte de Ramírez, no puede
> haber dudas al respecto. En dos semanas las noticias en la
> prensa decayeron y nunca se reveló hasta hoy el resultado
> de esas actuaciones. Esclarecer esos hechos es un deber
> moral por encima de cualquier consideración circunstancial.
>
> La política de creciente violencia y vulneración de la
> institucionalidad democrática -- de la cual las actuaciones
> oficiales a raíz del asesinato de Arbelio Ramírez son un
> ejemplo extraordinario -- iba dirigida estratégicamente
> detener a un movimiento popular que buscaba una sociedad
> más justa, sintetizada en la consigna sencilla de Tierra,
> Trabajo y Libertad. Cuando surgieron expresiones armadas de
> la izquierda en el país, aplicaron los principios de la
> guerra de contrainsurgencia. Pero aquel objetivo
> estratégico no cambió y, aún cuando la guerrilla tupamara
> había sido derrotada, sobrevino el golpe de Estado del 27
> de junio de 1973 y, durante 12 años, prosiguió la labor de
> destrucción de las organizaciones sociales y la conciencia
> política que éstas habían alcanzado.
>
> Este era el fin en última instancia definido por la
> Doctrina de Seguridad Nacional elaborada por Estados Unidos
> en el marco de la Guerra Fría y puesta en práctica a través
> del entrenamiento sistemático de los ejércitos
> latinoamericanos desde 1945 en adelante. Por esta doctrina,
> los ejércitos extienden su papel de defensores de las
> fronteras nacionales a la seguridad interna en donde el
> enemigo es el propio pueblo rebelado. No solo se consideran
> insurgentes o terroristas a las organizaciones armadas que
> luchan contra el régimen establecido, sino también a las
> personas y movimientos que propagan un concepto de sociedad
> distinto del dominante.
>
> La desmoralización acarreada por las derrotas de la
> izquierda ha dado espacio a una interpretación del pasado
> según la cual el Uruguay sufrió la última dictadura por la
> existencia de dos facciones igualmente intolerantes y
> violentas enfrentadas, la izquierda armada y los militares
> golpistas. La ausencia de un análisis autocrítico serio de
> las derrotas ha permitido también el despliegue de
> operaciones de propaganda que buscan desalentar y
> confundir, tanto a las viejas como a las nuevas
> generaciones. Si los golpistas fueron tan antidemocráticos,
> asesinos y corruptos como la izquierda, si "todos son
> iguales" no tiene sentido proponerse ningún camino mejor.
>
> En este mismo contexto, la deformación de la memoria sobre
> el asesinato de Arbelio Ramírez ha posibilitado el
> surgimiento de versiones que cuestionan frontalmente ese
> acontecimiento. Sin una investigación que revele elementos
> más consistentes y documentados que los vistos hasta hoy se
> corre el riesgo de que esta historia se vuelva cada vez más
> confusa y, como lógica consecuencia, olvidable. El objetivo
> de esta investigación fue justamente contribuir a rescatar
> una memoria más fiel de este suceso y, aunque no se la
> puede dar por
> concluída mientras subsistan incógnitas y documentos
> inaccesibles, nos permite
> evaluar los hechos sobre nuevas bases.
>
> Si, contra la versión dada hasta el presente, el Che no
> estaba en la línea de
> fuego y esa bala iba para Ramírez, cobraba mayor gravedad
> aún el crimen. Es
> decir, si al que le dispararon fue solo a Arbelio. ¿Porqué
> podían quererlo
> matar? ¿Quién era Arbelio Ramírez? ¿Quiénes podían ser sus
> asesinos? ¿Cómo se
> llevó a cabo el atentado? ¿Cuáles fueron las
> investigaciones de la Policía y la
> Justicia? ¿Cómo reaccionaron la prensa y las autoridades de
> entonces?
>
> Por primera vez en casi 50 años accedimos a los registros
> de las
> investigaciones del Servicio de Inteligencia y Enlace de la
> Policía de
> Montevideo, al expediente del Juez que intervino de oficio,
> a decenas de
> testimonios de personas que conocieron a Ramírez y de otros
> que estaban esa
> noche en el lugar del crimen e incluso a documentos de la
> Embajada de Estados
> Unidos y de la CIA relacionados con este suceso, que nos
> permiten analizarlo
> con mayor precisión.
>
> Nos propusimos una investigación que no sólo reubicara
> determinados hechos y
> conceptos, sino que aportara elementos para posibilitar
> también una interpretaci
> ón más acabada de ese momento que atravesaba el país y de
> las tendencias que se
> desarrollaban hacia adelante.
>
> Víctor L. Bacchetta
> agosto de 2010.
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